14 octubre 2008

Ernesto Delgado Aguirre


Si alguien se sublimó en la maestría ese fue Ernesto Delgado. Sencillo y sabio, caba¬lleroso y humilde, su estampa de educador y de gran señor vive en el corazón y en la mente de muchos bibliotecarios a quienes enseñó, guió y ayudó pronta y diligentemente.
Durante 20 años, el profesor Delgado, victima de una lesión cerebral vivió alejado del mundo que él contribuyó a mejorar desde su catedra y con su trabajo.

Nació Ernesto Delgado en El Colegio (Cun¬dinamarca) el 25 de marzo de 1910. En 1930 se recibió como bachiller del Colegio San Bartolomé; en 1942 ingresó al curso que se dictó en la Biblioteca Nacional, en el primer ensayo de creación de una escuela de biblio¬tecarios, y, en 1943, viajó a los Estados Unidos como becario de Rockefeller Foun¬dation, donde ingresó a la Universidad de Míchígan para continuar estudiando esta disciplina hasta 1945, en un programa al parecer similar al requerido para el Master in Library Science. A su regreso se incorporó al grupo de los pioneros sembrando con sus enseñanzas la mística de una profesión hasta entonces desconocida. En viajes de observación, además de los Estados Unidos y algunos países suramericanos. Visitó a Europa en 1950, de donde regresó admirado por la organización de las bibliotecas de los países escandinavos

Ocupó varios cargos destacados, entre ellos la dirección de la Biblioteca del Concejo Municipal de Bogotá, desde 1935 a 1950, con las interrupciones de sus viajes de estudio; allí su labor fue silenciosa pero admirable. Organizó la biblioteca, la enriqueció y la proyectó hacia las fábricas y los barrios con bibliobús y sucursales, empresa que han continuado sus sucesores, limitada por lo precario del presupuesto y la carencia de un buen programa de propaganda y divulgación, sumándose a estas dificultades lo inadecuado de los locales en los que ha funcionado esta casa de cultura. Prestó servicio en la Biblioteca de la Universidad Javeriana, de 1954 a 1963, desde cuya posición y apoyado por el padre Arboleda, realizó una meritoria labor, promoviendo los cursos de vacaciones, en tres ciclos, de capacitación bibliotecaria; fue director-fundador de la Biblioteca del Instituto Interamericano de Ciencias Agrícolas - Centro Interamericano de Desarrollo Rural y Regional (IICA-CIRA), desde 1964 hasta el día de su súbita enfermedad en 1969.

El amor por su trabajo profesional le hizo olvidarse del cuidado de su propia salud Hacía años que no visitaba al médico y cuando tuvo un anuncio de que algo marchaba mal y fue a los Seguros Sociales, su carné estaba vencido hacía mucho tiempo; no tomó en serio el asunto; tornó a su incansable trabajo y el mal le Sorprendió en plena actividad para inmovilizarlo dolorosa y definitivamente.

Una certificación en letras de molde expedida por el Director del IICA-ClRA testimonia lacónicamente el invaluable servicio de Ernesto Delgado al organismo. Pero el reconocimiento a su última actividad profesional no debe quedar en dos o tres líneas. Es necesario decir que la Biblioteca especializada del IICA-ClRA salió de la nada. Ernesto Delgado emprendió la tarea de fundarla, solicitando publicaciones a todo el mundo sobre la especialidad: reforma agraria, desarrollo rural y ciencias agrícolas y, en un término relativamente corto, constituyó una gran colección organizada en un dinámico centro de documentación, no tanto por el número de publicaciones como por la acertada selección del material. Cuando le propusieron automatizarle, él se opuso, sabedor de que era más grande el costo que el beneficio y prefirió continuar su trabajo con menos espectacularidad y más efectividad. y no le faltaba razón. No era una Oposición al modernismo sino un simple principio de honradez y de ética, que aconseja primero considerar la práctica y economía de los sistemas a implantar, antes que dejarse llevar por el simple afán de innovar. Los fracasos de los Primeros experimentos le dieron la razón.

Fueron necesarios muchos años de estudio y de prueba para llegar a la ineludible e impostergable implantación tecnológica de la informática bibliotecológica.

El magisterio fue otra de sus grandes pasiones y desde su cátedra contribuyó a modificar el panorama bibliotecológico nacional. Fue profesor de Catalogación y Clasificación y de Orientación Bibliotecológica en los cursos de la Biblioteca Nacional; profesor de la Escuela de Bibliotecología del Colegio Mayor de Cundinamarca; de la Universidad Javeriana y de la Sección de Servicios Bibliotecarios del Ministerio de Educación Nacional; fue conferenciante de la Escuela de Enfermeras de la Cruz Roja Nacional, de 1947 a 1964.

Fue delegado por Colombia a los Seminarios de Bibliotecología de Malmo (Suecia) y de Mendoza (Argentina). Actuó en representación de la Asociación Colombiana de Bibliotecarios en eventos nacionales e internacionales. Fue uno de los redactores de la ponencia de ASCOLBI al 1 Congreso Pedagógico Nacional; publicó varios artículos y trabajos sobre la especialidad; las bibliotecas públicas y universitarias constituyeron su principal campo de labor. La Asociación que siempre vio en Ernesto Delgado un dechado de virtudes profesionales, le nombró su Presidente en cuatro ocasiones, cargo que desempeñó con gran acierto.

Un homenaje especial ordenado por la Asamblea de la entidad y el premio "Bibliotecario del Año" testimonia la gratitud y el reconocimiento a quien le sirvió desinteresadamente.

Falleció en Bogotá, el 20 de noviembre de 1989.

Semblanza tomada de:

ZAPATA GARCIA, León Jaime. Perfiles: Ernesto Delgado Aguirre. Revista de ASCOLBI. Vol 2(3 y 4) jul-dic,1989: 37-38

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